En 1847 el coleccionista, escritor y fotógrafo William John Thoms utilizó por primera vez una palabra de su invención, “folklore”, en la que juntaba dos términos, folk (pueblo) y lore (saber). Ese saber del pueblo no era nuevo, desde ya, pero sí que se lo entendiera como tal. La novela de Merimée en la que se basó Bizet para componer Carmen fue publicada ese mismo año y la ópera fue estrenada en 1875. Es, en todo caso, una obra impregnada por lo popular, por la imagen fantasmática del Otro y, sobre todo, tanto por la fascinación como por el temor que ese pueblo y su saber (y su sexualidad) inspiraba en la Europa imperial. Ópera casi sin escenas privadas, donde todo sucede delante de la multitud, Carmen es probablemente la composición con mayor acumulación de melodías extraordinarias de toda la historia.
- TEATRO COLÓN (2024)