La Fiesta del Hierro

Roberto Arlt, define a su obra “La fiesta de hierro” como una “farsa dramática”. Nuestra versión musical, se propone darle un giro más a la farsa al punto que el disparate desborde de contradicciones, proponiendo una poética de "teatro de variedades. La apuesta asumida en este nuevo montaje, pretende ser “una farsa de la farsa”, operación que prefiere arriesgar en pos del desparpajo, en pos de un humor que nos impida solemnizar nada, ni el tema, ni la forma.

Cualquier gesto escénico debe ser sacrílego en cuanto a su referente literario, en tanto no toma de las escrituras su dogma, sino que le sirve de excusa para dar cuenta de su tiempo y de las contradicciones que ofrece cualquier representación de su referente.
Se ha escuchado a un especialista nombrar a la farsa como un "género bastardo de la comedia", hermosa expresión para describir la búsqueda de una poética que no encontrará un origen preciso ni un destino buscado.

La "bastardía" es nuestra identidad, ningún crisol; nada de fundir culturas en ningún metal noble, somos de origen bastardo, como país, como cultura. Ese debería ser nuestro orgullo. Hijos no reconocidos por la cultura europea, y negadores de nuestros antepasados, los pueblos originarios. Nada mejor que ser hijos de todas las literaturas, como alguien definió a la literatura de Arlt. Este gran dramaturgo encontró en el teatro, de la escuela “independiente”, el lugar más directo para hablarle a la gente, para contarle sus historias de seres fantásticamente reales, que confían al esoterismo, el destino de sus vidas tragicómicas.
"La fiesta del hierro", cuenta la historia del rey del hierro, quién encuentra en sus fundiciones la mejor ecuación para el poder absoluto, el dinero y la destrucción masiva de los otros. Ese poder cotiza en bolsa y se paga con vidas humanas, cuanto más jóvenes, mejor. Lo que no sabe es que su pequeño hijo, ha declarado la guerra a su joven concubina, lo que traerá consecuencias inesperadas.

Escrita poco antes de su muerte y ya iniciada la segunda guerra mundial, nos deja el testimonio de una sociedad moralmente hipócrita, que por negarse a envejecer y morir como corresponde, se fagocita el futuro de sus hijos.

Estamos en una nueva era, con una nueva guerra que enfrenta nuevamente a las potencias mundiales; la especie humana encuentra, una vez más, en el genocidio, la "mejor" forma de tramitar la posesión del globo, hasta que explote.

Con "La fiesta del hierro", buscamos ofrecer un espectáculo que sólo anhela la risa del público, frente al drama de una civilización que goza con el hambre y la sangre de sus prójimos.

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