Dos Tristeros, de MACAGAER

Lo que todo el mundo quiere sentir es la imposibilidad de tener un amor de la vida. Nunca existe posesión, nadie tiene salvación en el juego de besar la pasión. ¿Qué hace que podamos amar? ¿Qué queda cuando hay que terminar? ¿Qué magia nos despega de la realidad? ¿Qué hay detrás de los ojos del mar? Los rituales de una sociedad que insiste en ajustar los alineamientos del viento que sólo sabe errar, nos llevan siempre a mirarnos atravesando la pared que golpea el pecho el remordimiento de no saber amar. Como tristes titiriteros jugamos a dramatizar nuestros sentimientos en sociedad, porque siempre jugamos a ser adultos sin animarnos aún a aceptar que el adulto es un niño que se acepta infantil, que vive por que sí y ríe por inercia. Dos Trist'eros invita a ver el lado "C" de un laberinto interno de cuando creemos amar.