Que viva la Maja

La España goyesca: un Pintor se propone capturar en el lienzo la singular belleza de una maja. totalmente desnuda. Designio insólito y aventurado si los hay: ¿Quién ha oído hablar de una maja desnuda? ¿Logrará nuestro osado artista su audaz objetivo? Para hacerlo, deberá sortear toda suerte de obstáculos: habrá de vencer a un poderoso rival, el acaudalado don Fermín Porciento, Conde-Duque de Olivares. Y se interpondrá en su proyecto pictórico la atolondrada y hermosa Candelita Gitanita que del pintor le interesan. no sólo los pinceles. La trama se enreda con algún toque de drama español y de telenovela, para aclararse repentinamente al más tradicional estilo del sainete madrileño. Es que el argumento no es otra cosa que un pretexto, un marco festivo y alegre para entonar (y bailar) los más célebres fragmentos de la zarzuela y del repertorio lírico español. Al frente del elenco, se encuentra la soprano como la Maja (Duquesa) a punto de desnudarse, el barítono como nuestro valiente Pintor, la mezzosoprano como la pintoresca Candelita y el tenor como el noblérrimo don Fermín, a quien el cuadro no le gusta para nada.

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