Yo, Renata

Bea Odoriz enfoca la peste de la sobredimensión mediática y su esquizofrénico pasar rápidamente de una tragedia a la liviandad. Así como en los noticieros un tsunami da lugar inmediatamente a un noviazgo playero, sin tiempo de reflexión ni digestión, la protagonista transcurre por flashes de personalidad como un zapping anímico. El exceso de información la confunde, la encierra, la desdobla, la suicida. Y sobre todo el terrorismo informativo que la paraliza. Decide encerrarse para salvarse de las posibles plagas del mundo. No saldrá nunca más. Busca culpables, se militariza, lava todo lo que encuentra. Posible apestada en mundo apestado, decide practicar su muerte. La plaga es la información desmesurada.

2 Notas en los medios