Un paisaje de mi

Ser un paisaje como una experiencia posible.

Transformarse en un campo minado de sentidos, texturas, olores, formas, que espejan el entramado de venas por el que pasa la sangre que nos corre y fluye como un río que late, late, late.

Una intimidad como un espacio secreto de sensibilidades promiscuas, no dichas, es una casa de paredes rugosas, ovalada, con aire ajeno; un poco siniestro, porque es desconocido, un poco lúgubre, porque sale a veces.

Un paisaje de intimidades explotadas, diversas, texturadas, colapsadas, que se buscan, se tocan internamente, para develar secretos y crear otros nuevos.

Son nuestras casas íntimas. Un paisaje posible, un paisaje de mí.

1 Histórico de funciones