ENCIERROS (2x2+1)


Tres encierros distintos que hablan con ironía y compasión de la vulnerabilidad de los que no pueden decidir: ancianes y niñes; del aislamiento como protección ante un mundo cada vez mas desquiciado, y por último, de la necesidad de adrenalina, de probarse en la conquista serial, acorralade en la repetición pulsional que siempre daña.

En Encierros, con la agudeza habitual de su escritura, Susana Torres Molina nos convoca a abrirnos a tres situaciones de variado sentir para dejar al descubierto lo que subyace debajo de lo que se ve, que dista muchas veces de lo que es. La ironía que emerge de los textos en ciertos momentos del espectáculo es bienvenido, es como el propio reflejo no tomándose demasiado en serio, un salvavidas. Los actores se adueñan de los encierros dentro del pequeño rectángulo escénicodelimitado por la elocuente iluminación de LucianaGiacobbe, al compás del mundo propuesto por la dramaturga y directora.

Gilda Bona. Dramaturga y directora de teatro.

Encierros es el nuevo espectáculo escrito y dirigido por Susana Torres Molina con las actuaciones de Silvia Dietrich y Emiliano Díaz. Dos monólogos y una obra breve para dos personajes. Las vulnerabilidades de la vejez y de la infancia, el encierro para protegerse de un mundo desquiciado y hostil, el miedo de algunos hombres frente a la potencia de las mujeres son vistos a través de la compasión, de un humor oscuro, de una afilada ironía. Actuaciones notables y una dirección precisa. Los encierros se disfrutan si, como en este caso, los iluminan la inteligencia y el talento.

Lucía Laragione. Escritora y dramaturga.

Con la maestría acostumbrada, estos monólogos que Susana Torres Molina escribió y dirigió, y las generosas actuaciones de sus actores fetiche Silvia Dietrich y Emiliano Díaz, nos dejaron el día del estreno en la flamante sede del Teatro del Pueblo un dulce sabor: El de volver al teatro, a los cuerpos vibrando en escena, a los cálidos aplausos, a los encuentros con amigas y amigos. Dulce sabor digo aunque los textos en todos los casos abordan temas que nos interpelan, nos impresionan por adelantarse al apocalíptico tiempo que vivimos, a la humanidad mas frágil e íntima. Sin embargo, sonreímos y también reímos por la forma desacartonada y desprovista de solemnidad con que están escritos y actuados.Muy recomendado programa para salir pensando, conversando y disfrutando de su resonancia.

Elvira Onetto. Actriz y directora teratral.


Con esta obra intimista, Susana Torres Molina nos invita a repensar los distintos tipos de encierros a los que nos vemos sometidos: físicos, mentales o espirituales, ya sea por otros o por nosotros mismos. Buceando en el mar de las palabras, con el humor como aliado, la directora nos sumerge en las profundidades del alma. Con maravillosas interpretaciones a cargo de Emiliano Díaz y Silvia Dietrich y con un texto exquisito, como nos tiene acostumbrados la autora, se despliega con soltura este tríptico teatral.

Carolina Barbosa. Escritora y dramaturga.


El título es provocador “Encierros” y rápidamente mi imaginario asocia ese con la Pandemia. Pero no, no es por ahí… esta hermosa obra de Susana Torres Molina nos recuerda con franqueza cotidiana y humor, que el encierro nos atraviesa de muchas formas, a veces elegidas casi inconscientemente. ¿Lo elegimos? ¿Podríamos escapar? Me voy del teatro con buenas preguntas y un gran placer de haber visto buen teatro, con excelente trabajos de Silvia Dietrich y Emiliano Díaz, dos actores potentes. Encierros es teatro puro, austero, sin artilugios. TEATRO. Me felicito por haber vencido la inercia de quedarme en mi casa, y elegir salir de mi encierro.

Coni Marino. Actriz y cantante.

El espacio reducido, los vínculos duplicando abandonos, repeticiones, rebotan en las paredes de ese escaso espacio que nos deja Torres Molina para respirar. Nadie saca los pies del plato. Hay corrección en la derrota. Las muy buenas actuaciones y la ajustada puesta con la que logra la directora enmarcan con austeridad quirúrgica lo esencial.

Diana Valiela. Dramaturga y directora teatral.

Nos asusta la intemperie, percibir nuestra vulnerabilidad al entrar en contacto profundo con nosotros y con los demás. Y, acaso por eso mismo, eligiéndolo o no, caemos en encierros diversos, aunque fatalmente iguales en su ineficacia: podrá ser la adrenalina de relaciones furtivas, la decisión de digitalizar nuestra vida por completo, existir solo en la virtualidad; o la decisión de encerrar a hijos o padres en instituciones por “su propio bien”.“Encierros”, espectáculo escrito y dirigido por Susana Torres Molina, recién estrenado en el Teatro del Pueblo, nos enfrenta de algún modo a estas y otras preguntas. Y lo hace de un modo inteligente, sin darnos respuestas tranquilizadoras ni rápidas, sino perturbándonos, ayudándonos a ver lo que no queremos ver, apelando a nuestra sensibilidad, humor e imaginación. También a nuestros recuerdos y capacidad de compasión. Y, porque se trata de un hecho poético: dramaturgia, actuaciones, espacio, luz, sonoridades, atmósferas, son herramientas genuinas para presentarnos tres situaciones dramáticas autónomas pero vinculadas. Para ponernos a nosotros, espectadores, en la intemperie. Y vulnerables.

Silvia Dietrich y Emiliano Díaz ponen el cuerpo en el espacio iluminado por Luciana Giacobbe y sonorizado por Carmen Baliero; María Mascheroni aporta su palabra poética para hilvanar las cuentas del collar; y las voces de Santiago Schefer y STM nos guían en la oscuridad, ayudándonos a cruzar de orilla a orilla cuando es necesario. El resultado es un espectáculo vital y luminoso, que aparece frente al espectador de un modo sólido, muy preciso y de inquietante actualidad, que no se diluye al finalizar la función, sino que permanece habitando en el espectador, y evitando, tal vez, que volvamos a encerrarnos rápidamente.

Christian Lange. Dramaturgo y escritor.

Vi "Encierros" de Susana Torres Molina: un ágil y profundo entramado de tres textos interpretados por un sólido trabajo de Silvia Dietrich y un notable trabajo de Emiliano Díaz que imprime un grado de frescura y versatilidad que sorprende permanentemente. Excelente decisión de su directora elegir dos actores que hacen un potente contrapunto.

Alejandro Giles. Director de Teatro.

Volver a ver Teatro. Respirar, con barbijo, la presencialidad. Pasar jabón por los lentes para que no se empañen. Los nuevos rituales en la previa de asistencia a una función.Todo este frenético combo me llevó a vivir un movilizador viaje de emociones tragicómicas en la propuesta de la maravillosa autora y directora Susana Torres Molina. Tres momentos actorales en los que Silvia Dietrich y Emiliano Diaz se mueven talentosamente en un mar de palabras tan bien escritas, tan bien llevadas a escena, que solo hay que sentarse y contemplar, disfrutar, reír, entusiasmarse, llorar, suspirar, aplaudir. Una puesta en donde cada decisión tiene sentido y valor, donde cada acción, cada objeto, cada mirada, cada silencio, cada distancia y cada cercanía crea mundos en ese espacio "vacío". No hay vacío cuando lo artesanal inunda las paredes, cuando hay excelentes actores y actrices que transitan estupendos textos bajo una experta mirada.

Javier Ahumada, dramaturgo y actor.

2 Histórico de funciones