Obra de hemoficción de grandes vuelos. Profunda, divertida y mordaz. Contradice los valores impuestos por una inquisición interna, viva y operante.
La institución fue abolida sólo en su forma externa. Habla de sexo. Ella, la madre, ha cometido adulterio con el amigo de su hijo, poniendo en ridículo al marido. Ambos -hijo y amante, unidos en machismo homicida- se ponen de acuerdo para castigarla. Podrían destazar su cuerpo, pero deciden rasurarle el rostro.
Interviene en la pieza un enterrador que ríe nerviosamente, durante el velorio y un ginecólogo que condena el aborto, por adherirse al pensamiento dominante. Petra, sirvienta y secretaria hace el amor con el asesino de la señora sin rostro. Él sueña que un pez devora su cara. La madre de su amigo es mordida por el pez. El señor inquisidor valida el mecanismo de represión soterrado en las personas de bien.
- ESPACIO MASCARA (2015)