Tres integrantes de una agrupación secreta habitan en un deposito escondido debajo de un almacén.
De a uno se turnan para subir a la ciudad. Es allí donde se convierten en delincuentes obsesivos de atacar a presas denominadas "Cochinos burocráticos".
A quienes les roban sus portafolios, cartelas, celulares, relojes o cualquier otro objeto que los ate a una rutina.
Tienen un testamento que cumplir, en el cual está prohibido y castigado por su ley, escrita hace años por el líder fundador, que uno de los integrantes hiera físicamente a una de las victimas, ya que el vacío debe ser solo material.
Pero en un momento al volver uno, de un desafiante robo, se dan cuenta que lo siguió la policía, la situación se altera para salir, entonces deciden esperar escondidos a que todo se calme.
Es allí donde se encuentran solos, sin metas y sus acciones se terminan de definir patéticas, por discusiones, por deseos, por imaginar cosas que no existen, por la nada misma, por darse cuenta que están solos, que viven en una mentira y que no tienen nada de poder.
Por tomar conciencia de esto cometen una acción casi sin pensar.
A veces la destrucción de la vida llega en menos de un minuto.
- 2011-04-22 - Matar a uno mismo (A SALA LLENA)