Felipito, el furibundo filibustero

Había una vez una abuela que tenía un aljibe para que conozca su nieto.
Había una vez un chico que se fue a pasar unas vacaciones a la casa de su abuela.
¿Qué puede ocurrir cuando un chico sin miedo y una abuela preciosa resuelven conocer el fondo del mar?
Ya sé: te parece rarísimo que una historia de piratas empiece con un aljibe y una abuela.
Pues no es tan raro. Primero: porque todos los aljibes del mundo son un poco mágicos. Segundo: porque todos los cuentos del mundo son cuentos de abuelas.

1 Histórico de funciones