Una biblioteca en un barrio paquetísimo de Buenos Aires es el escenario del encuentro de un niño con el mundo de la literatura rusa. Dostoievski y Tantanian ya se encontraron.
Levon, su padrino, es el otro protagonista de este recuerdo ligado a la infancia del director de Los Mansos. Es él quien lo introduce en el mundo de la literatura.
Esos fragmentos de infancia serán el motor desde el cual se constituye otro encuentro, el de la propia biografía del director con la de un grande de la novela rusa. La biblioteca, es reminiscencia de literatura, violencia, muerte y suicidio.
Esta anécdota deja de ser una simple historia de un pasado lejano, para convertirse en el resultado de un intento por recuperar ese tiempo perdido.
En esta nota Alejandro Tantanian cuenta sobre los ejes en que se constituye su última creación, “Los Mansos”, obra que se abrió al mundo el 25 de julio en el Camarín de las Musas. Y si de vidas cruzadas se trata fue en esta misma fecha varias décadas atrás que el hombre- Levon- por el cual la familia del director vino de Rusia a Buenos Aires dio fin a su vida. “Mi madre me lo dijo y yo casi me muero. Me acordaba que fue en invierno pero no la fecha. Justo el día en que murió Levon, es fuerte esta suerte de conexión con él”.
El procedimiento autobiográfico, la inserción del yo y el personaje en escena, el tratamiento especial, el estatuto de ficción y el uso tan particular de la imagen de “Cristo Muerto” pintada por Holbein son temas sobre los que versará el encuentro con el dramaturgo.


¿Cuáles son los procedimientos que tomas de Dostoievski para la puesta en escena de Los Mansos? ¿Es trasladable la especificidad literaria a la teatral?

Los Mansos gira alrededor de algunos motivos de la novela El Idiota de Dostoievski y digo motivos por que creo que el grado de complejidad que tienen sus relatos es intrasladable. Su especificidad es la novela aunque ha sido tomado por el teatro ya que piensa de forma muy dramática. Me interesó especialmente el uso de sus procedimientos, más que la línea anecdótica. Es uno de los primeros autores del siglo XIX, que empieza a preguntarse por el Yo. Es decir, por el narrador. Este que habla: Quién es? Ahí empieza a verse una idea de sujeto. Otro de los motivos es la inserción de lo biográfico en su producción literaria, es decir, si bien todo autor escribe desde su propia biografía, en Dostoievski es literal. Casi una crónica. Entonces, el usar la biografía como cantera de ficción me parece interesante; tomo este recurso de él, pero el que se biografía soy yo.

A la luz de la relevancia que le da Dostoievski al sujeto en la novela: ¿Qué lugar ocupa el sujeto en Los Mansos?

En Dostoiesvki aparece con mucha presencia el tema del doble, es decir del otro. Esto se liga a la idea del yo en el teatro. Cuando aparece un personaje en escena y dice Yo, construye sujeto. Es decir, aparece otro que dice Yo en otro cuerpo y construye otro sujeto. Uno como espectador mansamente acepta que ese Yo es uno y que el otro es otro. En Los Mansos trabajé con la idea que ese Yo es uno sólo dividido en tantos cuerpos sobre el escenario. Ahí empieza a construirse una suerte de tensión en la actuación, si bien no se ve a simple vista, funciona como un procedimiento. El sujeto está disuelto en los tres cuerpos presentes en el escenario. Todos estos recursos constituyen la sintaxis de la obra. De cualquier forma lo que me importa es que el espectáculo trabaje en el sentido menos racional posible; Dostoievski me conmueve, me gusta su pensamiento y su forma de encarar la novelística.

¿En qué sentido se da el cruce autobiográfico con Dostoievski?

Esa conmoción que siento frente a Dostoievski me genera interés de dialogar con él. Pero destaco que lo central del espectáculo está en el campo emocional; nace por mi admiración hacia él. Pero esa fascinación es la que yo también cuento, aunque no esté en primera persona, me motiva para hacer la obra. Con lo cual estoy ahí con mi propia vivencia biográfica respecto del vínculo que tengo con él. No es una mirada objetiva, no creo que exista esta mirada en el terreno de la creación.

¿Por qué el título de la obra es “Los Mansos”?

Los Mansos es la contracara de la palabra idiota. Es decir, el personaje de Myshkin en la novela es visto como un idiota por el entorno burgués de San Petersburgo, cuando lo que podría decirse de él es que es un manso de espíritu. Es como si en realidad fuera la venida de Cristo; a Cristo mucha gente le podría decir que es un idiota por que pone la otra mejilla y ama incondicionalmente. Entonces yo decido poner la otra mirada y a su vez que sea en plural por que me parece que los tres personajes construyen de alguna forma tres tipos diversos de mansedumbre, que serían vistos como tres tipos de idiotas distintos. Pero de este lado son mansos. No son mansos por que se dejen hacer de todo, lo son de espíritu. No es la mansedumbre del rebaño, sino, esa mansedumbre activa que permite la acción violenta si es necesaria.

¿Cuál es la relación del procedimiento autobiográfico como recurso narrativo para recuperar la historia familiar con la narrativa teatral en tanto ficción?

Está en el borde; así como Dostoievski utilizaba su biografía y la insertaba en sus novelas, en la obra está hecho de la misma manera. Aparecen situaciones que son recuerdos de mi propia biografía dentro del campo de la ficción. Es un lugar donde uno no puede reconocer el borde. El espectáculo va diluyendo ese límite, al comienzo se reconoce que es narrado por los actores, y cuando hacen el personaje.
A lo largo del proceso se diluye ese borde, es decir, cuando los actores cuentan los recuerdos de su infancia, y en un momento el actor que hace Myskin dice: hoy cumplo años y aparece la fiesta de cumpleaños. Ahí no se puede saber claramente si lo que se escuchó antes es parte de los personajes que se cuentan cosas sobre su infancia o si son datos del orden biográfico
En este sentido surge una necesidad de los actores ya que es muy difícil sostener el yo, debido a que el actor no puede actuar de sí mismo por que no hay distancia. Ellos paradójicamente necesitaban un personaje para ocultarse y mostrarse. Ahí surgen Rogojn, Nastasia y Myshkin.

¿Cómo se articula la imagen del Cristo Muerto -obra de Hans Holbein-con la construcción de la mirada en un espacio tan amplio?

Ese cuadro es el centro del espectáculo. De hecho es el origen de la novela, esto lo cuenta el personaje que hace Stella Galazzi -Nastasia- tomado del diario de Ana Dostoievski. Dice que él estaba obsesionado por ese cuadro, lo vio y al mes comenzó a escribir El Idiota. La pintura es un cuadro horizontal, y coincide con el espacio horizontal de la sala. El cuadro de Holben, para mí, es el eje visual, una suerte de Aleph del espectáculo ya es el punto donde se concentra el espacio y la mirada. Yo también decidí que el cuadro sea copiado en tamaño real por que tiene que tener la misma relación espacio-cuerpo que los actores. Ese juego de relaciones, de escalas en un espacio horizontal con mucha altura se me terminó uniendo de manera sensible; así empecé a encontrar asociaciones que estaban siempre ahí. Es como el relato de Miguel Angel y la piedra, agarra la piedra, el David está adentro. Ahora hay que encontrarlo, ese es el desafío. Desde el punto de vista de lo poético hay algo que genera preguntas y eso es bueno. Para mí el espectáculo tiene una categoría de lo trágico en tanto haya ciertas cosas que no se ven como en la tragedia. Uno no ve el ataque de epilepsia, la caída de Nastasia o el cuerpo asesinado.

¿A partir de qué necesidad se abre un ensayo a la prensa, se presenta un blog  y se realiza una muestra fotográfica del proceso?¿Por qué, en esta ocasión, ponés especial hincapié en la etapa de creación de Los Mansos?

Por que sé que para un buen resultado es importante el proceso. Importa tener conciencia de qué es una tarea artística. Desde el primer día de ensayo tengo un blog teatral que es un diario, está ahí habilitado para quién quiera verlo. La idea de la muestra de fotos y de un registro en la web es para que se pueda observar como empezamos a leer y ensayar. Son gestos relacionados con atravesar el resultado que está construido como un punto de llegada pero no un final. Aunque uno sabe que el estreno es el momento donde se invita a entrar a alguien más. La obra sigue modificándose noche a noche. Si quieren poner la estrellita háganlo con un poco más de trabajo.

Luego de un café con aroma a literatura rusa y a teatro porteño en un bar de la calle Corrientes Tantanian finaliza la nota comentando lo importante que es el desarrollo de la obra en el nuevo espacio que se suma en la sala El Camarín de las Musas: “ el espacio lo vi y me enamoré, lo único que le puse al hueco que había fué un piso, después está todo igual. Yo quería que fuera una arquitectura real. No me interesaba que la obra suceda en un espacio ficcional construido y también me gusta que no tenga historia en el espectador ya que nunca sucedió nada en el orden teatral ahí dentro”.
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