Crema Rusa. Autor: Enrique Pinti. Editorial: Colihue. Buenos Aires. 2007.
A sabiendas del humor ácido e incisivo de Pinti, la irónica crítica social que tiñe sus monólogos y sus personajes, no se espera que Crema Rusa sea lo que es: Una historia lineal, con moraleja, inspirada en los cuentos / personajes tradicionales rusos. O al menos esta sensación acompañará al lector en gran parte de su recorrido por el texto, ya que a último momento, el relato da un giro hacia lo desopilante (dignísimo de Pinti) Es una historia de reyes, princesas, granjeros, padres e hijos, buenos y malos. Pese a lo predecible de la historia, en la simplicidad/linealidad discursiva se logra un relato acabado, sin hilos sueltos.
Crema Rusa (en un primer momento llamada Los disfraces de Piotor) transcurre en la Antigua Rusia. Su protagonista es Piotor, un viejo granjero que decide poner a prueba la grandeza y valía de sus tres hijos varones: Sergei, Alexei e Iván. A través de un juego de máscaras y disfraces, el viejo irá descubriendo la verdad en los corazones de sus hijos. Y el héroe de esta historia será quien, hasta los últimos instantes se delineaba como la antítesis heroica: Iván, el hijo menor. Criatura flaca, pequeña y debilucha (“raquítico y cataplasma” le dirán sus hermanos, que se burlan de él todo el tiempo)
“Yo no soy un papanatas, soy un soñador” se defiende Iván. Y ésta madera es la que emociona. En una sociedad carente de héroes, Iván se convierte en uno por la pureza de sus sentimientos.
La obra está plagada de juegos de palabras, guiños a los adultos y elementos musicales. Existe un juego rima/no rima que descontractura la historia.
Enrique Pinti escribe Crema Rusa entre 1965 y 1966. Por esos tiempos, distintas disciplinas comienzan a pensar al niño como categoría con estatus propio. Hasta entonces, no se pensaba al niño con necesidades especiales, acordes con su edad, e inclusive, con la etapa evolutiva que transitaba. Pioneros como Pinti o Midón fueron severamente criticados por introducir el musical en el teatro para niños, experimentando en torno a la renovación del teatro para niños. Al final de la edición, se incorpora, acertadamente, una autobiografía de Pinti (adaptada para los niños) y una especie de minirreportaje, que culmina con la siguiente frase: “A mis lectores me los imagino como chicos y grandes que todavía creen en la fantasía, la diversión y la aventura”
Es exactamente lo que transmite “Crema Rusa”
Datos del libro:
Crema Rusa
Enrique Pinti
Editorial Colihue
2007
53 páginas
I.S.B.N 978-950-563-309-8
Indice:
Crema Rusa
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